Bob Dylan en plena crisis personal - el colapso de su matrimonio con Sara Lowndes - que por lo menos en parte inspiró este álbum, Dylan presenta un documento con lo mejor de la década de 1970. Canciones escritas cautelosamente en dos meses, a mediados de 1974. Estaba tan orgulloso de el material que invitó a amigos y compañeros como Mike Bloomfield, David Crosby y Graham Nash a que lo escucharan en privado una y otra vez. Publicado por Columbia Records en 1975, marcando el regreso de Dylan a la discográfica tras su paso por Asylum Records, con la que publicó dos álbumes. En los años posteriores a su salida, ha sido considerado como uno de sus mejores álbumes, siendo bastante frecuente que sus discos posteriores sean etiquetados como "el mejor desde Blood on the Tracks".

Esto es lo que sonaba a finales de 1966 y principios de 1967: la retroalimentación de una guitarra orquestal y la visión cósmica de Jimi Hendrix. Rescatado de sus conciertos en Nueva York por el ex-Animal Chas Chandler, Hendrix llegó a Londres en septiembre de 1966, y formó rápidamente su nueva banda con el bajista Noel Redding y el baterista Mitch Mitchell y en cuestión de semanas estaba grabando las canciones que componen uno de los discos de rock más innovadores y expresivos. Este álbum supone un viaje ácido, "Purple Haze" "no tenía nada que ver con las drogas", insistió Hendrix. "'Purple Haze' era todo un sueño que tuve de que estaba caminando bajo el mar".

George Martin y los Beatles pensaron que quizás ese era su último disco como banda. Grabado en dos meses durante el verano de 1969, los Beatles estaban a punto de una ruptura, exhaustos y enojados unos con otros después de las sesiones desastrosas para el Let It Be, el grupo se volvió a reunir en la abadía de EMI Road Studios para grabar su disco más pulido: una colección de canciones magníficas cortadas con una atención al detalle refinado, además del peso lírico de John y Paul, George Harrison demostró su valor como compositor en "Something" y el diamante folk-pop "Here Comes the Sun", escrita en el jardín de su amigo Eric Clapton, mientras que haciendo novillos de una reunión de negocios. Let It Be fue su comunicado final, pero este álbum fue su despedida real.

Lou Reed documentando el deseo carnal y la adicción a las drogas, la decadencia y la redención, con una sabiduría popular que aprendió como compositor, además de la hipnotizante voz de Nico, vocalista alemana introducida a la banda por Andy Warhol. Feminidad inscrita en lasletras de Reed. Rechazado por nihilista por la multitud del 67, el álbum Banana (llamado así por su cubierta diseñada por Warhol) es el álbum de rock más profético hecho nunca.