La soledad: ¿nos está devorando?

Cuando llegas a casa… ¿quién te recibe?, seguramente tu mascota, probablemente algún familiar y con fortuna tu pareja o tus hijos. Cuando tienes ganas de hacer alguna actividad… ¿con quién haces plan?, quizá con tus amigos. Cuando tienes ganas de platicar… ¿quién te escucha?, con regularidad algún compañero del trabajo… ahora imagina que nada de eso es posible, que a donde voltees la mirada no haya nadie, nada… ¿has sentido soledad absoluta?, bueno, te alegrará saber que no solamente eres tú, puesto que, la soledad se ha ido convirtiendo lentamente en una “enfermedad social”, la cual, puede tener repercusiones graves.

Según un estudio realizado por la BBC de Londres, poco más del 40% de los jóvenes a nivel mundial entre 16 a 24 años, se sienten solos frecuentemente a diferencia de los adultos mayores de 75 años, cuya representación con este sentimiento es tan solo del 27%, pero… ¿por qué son los jóvenes quienes padecen más esta afección?

Bueno, de primera instancia podríamos atribuírselo al estilo de vida actual, el cual, está basado en las interacciones a través de redes sociales y aún más, luego de la pandemia por COVID-19, pero, la verdad es que eso poco o nada tiene que ver con un problema que apunta ser más complejo de lo que creemos, ya que, inclusive el hecho de estar “acompañados” o mejor dicho en presencia de otras personas, NO necesariamente evita la sensación de soledad que se posee.

Entonces, si no es el estilo de vida actual… ¿cuál es el origen de ese sentimiento?, bueno, a decir verdad, la respuesta es un poco más lógica de lo que parece, ¿recuerdas qué planes tenías a esa edad, entre los 16 -24? O bueno, ¿qué planes tienes, si es que estas en este rango?, muy probablemente el enfoque de las personas en estas edades sea: continuar con sus estudios profesionales, conseguir un empleo/estabilidad, independizarse, formar un proyecto de vida, etc. 

He ahí el meollo del asunto, cada uno de nosotros estará, está y estuvo tan metido en sus asuntos que… solemos obviar que el resto de las personas en mayor o menor medida también lo están, se trata de un proceso natural de transición, el cual, nos termina alejando de nuestros amigos “inseparables”, de las relaciones que pensábamos eternas y por supuesto de los proyectos familiares que ya no se adecuan con nuestros nuevos intereses.


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Pero, está explicación solo da respuesta a porque los jóvenes se sienten más solos que las personas mayores, sin embargo, NO atiende a las implicaciones múltiples que devienen de un aislamiento social prolongado… se suele decir que “cualquier cosa en exceso hace daño, inclusive el agua” y es muy cierto, ya que, la soledad prolongada y profunda puede propiciar dificultades en el desarrollo social, neuro lingüístico y hasta desarrollo de enfermedades incapacitantes

Evolutivamente, nuestra especie logró sobrevivir y crecer en cuanto a sus capacidades y habilidades gracias a vivir en colectividad, para los seres humanos es fundamental interactuar con los otros (en mayor o menor medida según sea el caso, por supuesto), para así poder lograr un entendimiento básico de lo que le rodea, plantearse objetivos y por supuesto conseguir y aprovechar recursos para seguir en supervivencia, estar solos en muchas ocasiones es relajante y hasta terapéutico, pero, cuando nuestro aislamiento es del tipo 24/7, eso comienza a ser problemático.

De entrada, como lo mencionamos hace un par de párrafos, la soledad prolongada puede dar pie a afecciones tan variadas como peligrosas, una de ellas y la más representativa es la depresión, la cual, a su vez puede derivar en infinidad de trastornos según la psique y el entendimiento individual de cada uno, desde conductas alimenticias nocivas hasta ideas suicidas.

En definitiva, la soledad es un sentimiento que suele menos preciarse, por lo cual debemos estar pendientes de que tan presente está en nuestro estilo de vida, por supuesto, no te decimos que vayas por la vida hablando con cualquier desconocido, pero, sí… que de vez en cuando, en el momento que te sientas con ganas de sentirte acompañado, lo expreses sin ninguna pena ni culpa, quizá y solo quizá, la persona a quien se lo externes también se encuentre en la misma situación, empatía antes que cualquier psicoestimulante.

JR Brindiz

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