Decir que el vaticano oculta secretos incomodos es como decir que el sol sale de día y la luna de noche, una obviedad, sin embargo a pesar de que mediante internet se puede encontrar prácticamente cualquier información, lo cierto es que, a la fecha, siguen existiendo mitos, los cuales, según la validez moral de quien divulgue la información, pueden ser tomados como ciertos y en este punto podemos argumentar que la imagen tan deteriorada de la iglesia católica como institución, no ayuda mucho a despejar las dudas que sobre ella se ciernen.
Históricamente y casi por decreto no reconocido oficialmente, el puesto de “sumo Pontífice” ha sido y solo podrá ser ocupado por hombres, quienes, son los que llevan la batuta dentro de la jerarquía interna de la religión católica, a pesar de que han existido figuras femeninas muy importantes como “la madre Teresa de Calcuta” y obviamente las imágenes de devoción como “la virgen María”.
En este sentido, surge la pregunta… ¿jamás ha habido una mujer con intenciones de ser “Papa” ?, bueno, la respuesta es un tanto compleja, ya que, según los sueños de cada ser humano, seguramente habrá madres superiores que han fantaseado con la oportunidad de tomar el cargo máximo de la iglesia católica, pero, sin especulaciones de ese tipo, se cree que en efecto hace muchos años SÍ existió una mujer “Papisa”.
La historia data del año 855 y hasta el 857, tiempo en el que una mujer (hija de un monje), se hizo pasar por hombre para tomar el cargo de “Papa”, su nombre era “Juana”, pero, fiel a la tradición del Vaticano fue instaurada bajo el titulo de “Benedicto III” y el mito de esta historia reza que durante una procesión, el “Papa” Benedicto III tuvo un parto, así como lo estás leyendo, dio a luz a un hijo, el cual, no fue "por obra del espíritu santo", sino que, fue producto de una relación con el embajador romano, Lamberto de Sajonia.