“Al 5 para las 25”: Meritocracia, ¿el mal que nos vendría bien?

Los filósofos de a pie o mejor conocidos actualmente como “coaches de vida”, suelen basar sus discursos motivacionales en simple lógica perfumada, por poner un ejemplo: “Tus ojos, tu boca, tus pies, todo eso está orientado hacia el frente porque ese es tu destino natural, ir siempre hacia delante, nunca hacia atrás, la naturaleza no se equivoca y tú tampoco, ¡lo lograras!”. Frases que en primera instancia pueden enervar la sangre de los más incautos, pero, que son carentes de cualquier sustento, ya que, en este ejemplo, mágicamente se nos olvida que podemos dar pasos de costado, hacia atrás y que… contamos con un cuello para mirar y dirigir nuestra voz en 180 grados, a los lados y arriba o abajo, no solo hacia el frente.

Nos gusta sentirnos empoderados, ¿a quién no?, el problema NO radica en cuantos quieren ser exitosos, sino, en que pocos, solo unos cuantos están dispuestos a realmente “trabajar” por dicho éxito, el resto, simple y llanamente vive soñando o esperando a que ese éxito llegue de la nada, “por su linda carita” y la verdad es que hasta eso NO es culpa de ellos, sino, de un sistema de cosas que les ha hecho creer que es posible.

El lunes, para quien no sea amante del futbol, se llevo a cabo la ceremonia del “balón de oro”, un galardón otorgado por la revista France Football, el cual, tiene la finalidad de reconocer al mejor futbolista del planeta con “base” en sus logros y rendimiento en un año calendario, en esta ocasión el premio fue otorgado a Lionel Messi, siendo este su séptimo reconocimiento de este tipo, pero… ¿realmente lo merecía?

La verdad es que NUNCA vamos a estar completamente de acuerdo en nada, siempre habrá alguien que opine diferente a nosotros, que no se conforme con lo que ve y trate encontrar una explicación diferente y “mejor”, eso está bien, al final de cuentas el choque de ideales y conceptos nos ha llevado a evolucionar en TODOS los campos de la actividad humana, la competencia, los antagonismos, decir blanco y que alguien responda negro… eso nos ha llevado a vislumbrar los diferentes matices del gris.



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En lo particular, creo que Lionel Messi NO merecía ese reconocimiento, sin embargo, estamos hablando del que esta catalogado a ser el nuevo Pele, es decir, ser tenido como el mejor de todos los tiempos hasta que aparezca alguien nuevo con la capacidad de arrebatarle el título. En este momento pareciera que me contradigo, pero veamos, nadie niega la calidad del astro argentino, eso es un hecho, pero… es que realmente NO destaco en el año calendario, de no ser porque salió campeón con argentina en la Copa América, poco o nada hizo individualmente y ese es el problema.

¿Qué tan bueno se tiene que ser para ser mejor que el mejor?, es una pregunta que, si la analizamos, se convierte en una paradoja, NO puedes ser mejor que el mejor, porque si llegases a ser el mejor, ya no tendrías a nadie para ser el mejor, ¿se entiende?, Messi no tiene méritos para recibir el premio, pero… es el mejor de todos los tiempos.

Retomando el punto inicial y acorde con mi columna anterior, para ser una estrella NO necesitas realizar ningún mérito, lo único que necesitas es convencer al resto de que eres “la estrella”, de que eres el mejor y mantener ese estatus… sí, eso no tiene nada de malo, el mundo es mentiroso por supuesto, el problema esencial radica en que sin méritos reales, lo que realmente vale se deprecia, se infravalora, se ignora y termina por perderse, sabes... todos seriamos millonarios si la economía se basara en tierra o piedras y no materiales preciosos… ¿suena ilógico?, ¿suena estúpido?, bueno, entonces… ¿por qué estamos haciendo exactamente eso con las figuras de autoridad, los iconos de entretenimiento y los estándares de plusvalía?, dándole valor a algo tan común y corriente.



Opinión de: Ricardo S. Brindiz

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