Aún recuerdo el regreso de la fuente financiera (reporteras y reporteros, camarógrafos y camarógrafas, fotógrafas y fotógrafos, columnistas y periodistas en general -¡ah qué bonitos genéricos estos dos últimos-) al término de la 83 Convención Bancaria que el año pasado todavía se celebró en su sede tradicional, el Puerto de Acapulco.

En marzo de 2020 apenas se aceptaba que la pandemia Covid-19 había entrado al país (por cierto, según las autoridades sería contenida y solo pensando en un escenario catastrófico llegaríamos a los 40 mil fallecimientos; ya vamos en casi 250 mil si sumamos la precisión del Inegi), y “la fuente financiera” fue la primera que cayó enferma o padeció el temor de estarlo. Incluidos los banqueros y funcionarios que asistieron. 

Hoy la 84 Convención inicia y lo menos que podemos desear es que todo sea mejor. Dentro de un escenario virtual, con sede en el Club de Banqueros en la CDMX, la reunión bancaria promete mucho. 

Y solo por mencionar al género, escucharemos a Ana Botín-Sanz, presidenta ejecutiva de Banco Santander (con ella platiqué también hace casi un año durante su visita a México, cuando se reunió con el jefe del Ejecutivo mexicano, y casual coincidimos en algunos comentarios sobre la baja participación de las mujeres en los Consejos de Administración de las empresas).

También participarán en la Bancaria, Elizabeth Duke, gobernadora de la Reserva Federal de Estados Unidos entre 2008 y 2013; Galia Borja Gómez, matemática por la UNAM, y Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la Ciudad de México. De Duke seguramente escucharemos su experta palabra sobre la regulación bancaria y el tema hipotecario, en plena efervescencia en nuestro país; de Galia se espera mucho, pues es “la nueva” en la Junta de Gobierno del Banco de México, y ocupará esa silla hasta el 31 de diciembre de 2028, y de Sheinbaum, ojalá que en este foro o en otro, explique lo que su equipo niega (mandos masculinos y uso de gas lacrimógeno en la marcha del pasado 8 de marzo, entre otros pendientes contra “el género”).

Pese a que padeció Covid-19 se recuperó y de inmediato retomó a hombros su responsabilidad, la jefa del Servicio de Administración Tributaria, Raquel Buenrostro, que es imparable e implacable, también se ocupó del tema y conmemoró la “lucha histórica de las mujeres en el mundo” (ni hablar, cayó en el lugar común del que platicábamos en la entrega anterior). 

Sus números son interesantes, y hay que apuntarlos por ahí, en el SAT “laboran 17,431 mujeres que representan 54% del total del personal, y por primera vez en la historia de la institución, cinco de nueve Administraciones Generales están dirigidas por ellas”.  

Y desde un lugar de poder en la 4T, Buenrostro lo dijo claro y de buen modo: “A estas más de 17 mil mujeres les decimos: si para hacernos escuchar debemos decir las cosas más veces y más fuerte, hagámoslo y no nos dejemos intimidar, no cedamos; si para ser reconocidas debemos ser mucho más efectivas y eficientes, trabajemos y preparémonos, y hagámoslo de manera más consciente y profunda”. ¿Escucharon mujeres de la transformación? 

Por cierto, recordatorio de insomnio, el 31 de marzo termina el plazo para la declaración anual de las personas morales… upppsss

 

Avanzamos. Cuando un problema es reconocido como tal lo que sigue es el planteamiento de la solución, eso es bueno, por eso podemos aplaudir que ayer en la reunión virtual del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) dedicada a la “Igualdad de Género: de las palabras a las acciones”, se reconoció la brecha en los espacios empresariales mexicanos.

Además de mencionar algunas acciones de participación, Martha Herrera, líder del Pacto Mundial México, señaló que la agenda está muy clara para ordenar esta inclusión; “cerrar la brecha de género trae beneficios que no son exclusivos de las mujeres, nos beneficia a todos”. Es claro que más allá de hacer justicia, es un ganar-ganar como les gusta a los empresarios.

Y entre las medidas, se ocuparán de la educación. Se reconoció que la disparidad de género es un problema global, “pero en México tiene un origen socio-cultural, por lo que para cambiar se debe poner el foco en la educación desde la niñez”. 

Citibanamex difundió los resultados de un estudio en donde se concluye que, en medio de la pandemia Covid-19, la reacción de política pública ha sido insuficiente para uno de los sectores más golpeados: las mujeres.

En América Latina, la contracción económica supondrá un retroceso de 10 años en el empleo de las mujeres y un aumento considerable en sus niveles de pobreza. En México, la contracción económica en 2020 afectó mayormente al empleo femenino. 

A enero de 2021, 3.3 millones de personas se mantienen fuera del mercado laboral y 2.2 millones son mujeres, equivalente a 65.5% del total; cifra desproporcionada, si se considera que éstas participaban con 39.5% de la población económicamente activa antes de la pandemia. 

La mayor pérdida de empleos se registró en el sector servicios, donde labora casi 80% de las mujeres. Con ello, la tasa su participación descendió a 40.5% en enero 2021, desde 45.1% en febrero 2020, una de las menores de América Latina. 

Esto es un retroceso a niveles de hace más de 15 años. Y aquí la dejamos… Mal sabor de boca ¿verdad?, pues es con el que vivimos las mujeres.