La escasez de combustible en Cuba impacta sobre todo en el transporte público, esta situación ha hecho que los cubanos recurran a la compra de motocicletas eléctricas fabricadas en China.
En La Habana, donde viven poco más de dos millones de personas, cientos de personas han encontrado en estos vehículos, una alternativa al transporte público. Aunque aún son caras (alrededor de 3,000 USD) cuando el salario mínimo mensual para un trabajador es de 16 USD; estos vehículos ya empiezan a ser muy comunes en las calles de la capital.
La falta de combustible que vive la isla en las últimas semanas, y que el gobierno ha denunciado como un efecto del recrudecimiento del bloqueo que Estados Unidos aplica contra Cuba desde hace más de medio siglo, es una situación que afecta a los habitantes, quienes tienen que hacer largas filas para poder abordar un bus.
De manera creciente, esos vehículos aparecen en el abigarrado tráfico cubano, convertidos en una atractiva opción para quienes no quieren depender de la gasolina y acuden a la electricidad como fuente de energía. Los modelos son una copia de marcas japonesas; aquí podemos encontrar la Yayama R6 o la Kengo Ninja 300, incluso hay "Bugati", la copia China de la Ducati.
El gobierno chino inició apenas un plan de ayuda con la isla y a partir de ahora, varios productos, entre ellos electrodomésticos que se vendian al triple de su precio, ahora pueden ser encontrados en las tiendas mucho más baratos
Con la aparición de estos vehículos, ya están conformados varios moto clubes de motos eléctricas, cuyos propietarios en coordinación con el Ministerio de Transporte, recogen de manera gratuita, en los horarios de mayor afluencia, a quienes van al trabajo o la escuela; como el "Club Motos Eléctricas", cuyos 32 miembros sienten como un deber moral ayudar a los demás o el "Club Alto Voltaje", también comprometido con esta solidaria labor.
motociclistas trasladan de manera gratuita, en los horarios de mayor afluencia, a quienes van al trabajo o la escuela.