Espiar periodistas: de Manuel Buendía a Pegasus

Por Vicente Gutiérrez

El periodista Manuel Buendía fue espiado. Sabían sus movimientos y lo peor, sus contactos, por eso, un 30 de mayo de 1984, fue asesinado en la calle en un hecho que marcó un antes y un después en el periodismo.

“Cuando me muera mis palabras serán; merecido me lo tenía”, decía Buendía.

Es Red Privada: ¿Quién mató a Manuel Buendía?, dirigido por Manuel Alcalá para Netflix; un rompecabezas alrededor del periodista quien durante años publicó datos e historias molestas para el poder en turno.

La reconstrucción y elementos alrededor de Manuel Buendía son muy buenos, el director va poniendo las piezas correctas sobre la mesa: las columnas, su personalidad, temas como la intervención de la CIA en México o el crimen organizado filtrándose en el poder eran las “bombas” del periodista que siempre lució como un dandy y que, incluso, trabajó para el gobierno.

Los testimonios en Red Privada van enriqueciendo el tema:  Sergio Aguayo Quezada, Virgilio Caballero, Ivan Restrepo, Alfonso Zárate… en un documental fundamental para las nuevas generaciones.

La poderosa voz de Daniel Giménez Cacho aparece como un narrador misterioso que apunta cada movimiento, tan certero como las balas que asesinaron al periodista.

Hay personajes que resaltan: José Antonio Zorrilla, director de la entonces Dirección Federal de Seguridad (DFS) y el supuesto asesino, Juan Rafael Moró Ávila, quien estuvo cerca de 20 años en el Reclusorio Norte; él, siempre lo negó.

De hecho, fue actor de cine, siempre de malo, motociclista y tuvo un grupo de rock como se puede de ver aquí

Red Privada: ¿Quién mató a Manuel Buendía? Es un recordatorio. El periodismo no es publicidad, el periodismo tiene que cuestionar e ir al fondo de todo y denunciarlo… tal y como Buendía lo hizo a costa de su vida.

Curiosamente, el día que estaba viendo el documental en Netflix, Aristegui Noticias reportó que “los teléfonos de varios periodistas, la esposa, hijos, colaboradores cercanos y hasta del cardiólogo de Andrés Manuel López Obrador fueron ingresados entre 2016 y 2017 al sistema utilizado por los clientes de Pegasus, el software desarrollado por NSO Group para recopilar datos de dispositivos móviles de sospechosos de participar en delitos graves y terroristas”

Según la investigación, Pegasus permite al operador tomar un control completo del dispositivo, celular, tablet, etc y con el, se espió a periodistas en el sexenio de Enrique Peña Nieto.

Lamentable, pero nada nuevo y  lo pero, sigue sucediendo.

El periodista Raymundo Riva Palacio en su columna Estrictamente Personal asegura que el espionaje contra periodistas se está expandiendo a una velocidad “que no se conoció en gobiernos anteriores, y se ha ampliado el número de funcionarios del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador que están buscando las fuentes de información de periodistas o rastreando si tienen intereses ocultos que permeen sus opiniones”.

Uno de los últimos casos de “vigilancia”, lo reportó Forbes. “Hanakúa S.A. de C.V. y SR & Friends S.A. de C.V. son las dos empresas que disputan el contrato de la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México para realizar una estrategia de escucha activa en redes sociales y monitoreo y manejo de medios de comunicación con respecto al proyecto del Complejo Cultural Bosque de Chapultepec”.

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El proyecto más importante del actual gobierno estará  vigilado y se va a monitorear todas las publicaciones sobre el Complejo Chapultepec en cualquier lado, incluso, habrá seguimiento de algunos periodistas. ¿Es correcto?, ¿Es espionaje?.

El periodismo está bajo fuego por diferentes flancos: gobierno, redes sociales y de los mismos medios de comunicación que han comenzando a desprenderse de  valiosos  periodistas que siguen luchando por contar la verdad.  

Sin embargo, el periodismo, el bueno, no va a morir y tampoco nos van a callar.


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