Peaky Blinders: ¿El reflejo de nuestros deseos más íntimos?

En los últimos meses han aparecido en el radar socio digital, un sinfín de perfiles, los cuales, están enfocados a dar consejos a los hombres en general, dichos consejos están enfocados en 3 temáticas específicas: 1) ¿Cómo ser un caballero?, 2) ¿Cómo ser irresistible? Y 3) ¿Cómo tener una personalidad dominante?

Lo curioso de este fenómeno NO es su presencia misma, ya que, a lo largo de la historia y en otros medios, han existido miles de gurus o recetarios con tintes de motivación y superación personal,  sin embargo, lo peculiar del caso actual, es la imagen con la cual se acompañan dichos mensajes: “Thomas Shelby”.

La serie “Peaky Blinders”, es una producción británica a cargo de los BBC Studios, estrenada en 2013, la cual, narra la historia de una familia gitana (Los Shelby), quienes se ganan la vida con un negocio de apuestas ilegales, para posteriormente, conformar una pandilla de gangsters conocida como “Peaky Blinders”, los cuales, se encargan de todo el “trabajo sucio” requerido, para adueñarse del condado de Birmingham en la década de 1920.


Nuestro protagonista es “Thomas Shelby”, un hombre entrado en sus 30’s, el cual, sufre de estrés postraumático a causa de su participación en la primera Guerra mundial, con un marcado resentimiento hacia la clase aristócrata, pero, sobre todo en contra de la “vida de mierda” que le ha tocado, ya que, al ser descendiente de gitanos y radicar en uno de los condados más olvidados por el progreso e intervencionismo de la corona británica, no le ha quedado de otra más que seguir una máxima natural: “comer o ser comido”.

Pero… ¿Por qué “Thomas Shelby” se ha convertido en todo un icono socio digital?, pues bien, la respuesta radica en la idiosincrasia misma de su existir: un hombre que no demuestra sus sentimientos, determinado a conseguir lo que quiere a cualquier precio, de gran inteligencia y calculador, pero sobre todo, con una presencia masculina muy imponente, cualidades que al parecer se han convertido en el sueño ideal de muchos.


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A lo largo de la serie “Peaky Blinders”, se nos muestran escenas muy cargadas y explícitas con temáticas adultas como son: depravación sexual, prostitución, drogadicción, alcoholismo, adicción al tabaco, violencia física y/o con armas de fuego, tráfico de influencias, corrupción, pero sobre todo, mucho lenguaje “altisonante”, ingredientes que hacen de este contenido, una ensalada de “malos ejemplos y enseñanzas”, los cuales, están siendo romantizados por todos aquellos que ahora aspiran a seguir “el estilo de los Peaky Blinders” o “ser como Thomas Shelby”.

Por supuesto, esta nota no tiene la intención de alarmar ni mucho menos de demeritar la existencia misma del producto audiovisual, el cual, está próximo a estrenar su sexta temporada, pero lo que es real, es el hecho de que hoy en día se tiende a ensalzar a todas aquellas figuras o productos que profesan un estilo de vida plenamente incompatible con la realidad del 99% de los espectadores, una realidad que más allá de ser gloriosa y fantástica como se muestra en la ficción, muy probablemente sea una seguidilla de problemas psicológicos graves.

¿Será a caso que todos internamente queremos ser gangsters?, ¿Copiar una personalidad de ficción, nos habla sobre una magistral creación de personaje o sobre una falta de autoconocimiento pleno de los individuos?, ¿La exposición prolongada de este tipo de materiales, puede llegar a representar un problema social?


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