Este es el restaurante más antiguo de todo México

La Ciudad de México es una de esas urbes donde se puede encontrar de todo y en el centro se pueden ver desde restos de la cultura mexica, imponentes iglesias y edificios virreinales, hasta el rascacielos más moderno del mundo. Dentro de este espectro también entra la gastronomía, pues la capital es casa del restaurante más antiguo del país.

Hablamos de la Hostería de Santo Domingo, que abrió sus puertas en 1860 y no ha dejado de atender comensales hasta ahora. Desde sus inicios servía platillos tradicionales de la gastronomía mexicana, una tendencia que aún se puede probar. Incluso han trabajado en rescatar recetas antiguas que ya no se acostumbra elaborar en la actualidad (como aquellas que incluyen amaranto).

El interior es inconfundible, pues las paredes y arcos blancos, rosas y azules dan un ambiente popular al sitio. Otro elemento siempre visible son las tiras de papel picado que cuelgan del techo, así como el mural al fondo que retrata la plaza Santo Domingo. Asimismo, en uno de los lados se puede mirar un enorme vitral con la imagen de marchantas, cocinas tradicionales y un sol rojizo. 


¿Qué pedir de plato fuerte?

Entre menús del día y más de 70 opciones en su carta de alimentos, hay un platillo por el que la Hostería Santo Domingo es especialmente reconocida: el chile en nogada. Muchos de sus clientes acuden por este plato de origen poblano, ya que en este restaurante –apodado coloquialmente La catedral del chile en nogada, lo ofrecen durante todo el año. También, cada cinco de mayo cuentan con un especial denominado pollo manchamantel, el cual se sirve con una salsa de chiles, especias, durazno y plátano macho.

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En esta armonía de saberes y sabores nacen más de 70 platillos cada semana; es decir, un promedio de 10 sugerencias diarias además del menú fijo. Son de obligada degustación:

  • Las enfrijoladas Santo Domingo, con el frijol molido en metate por supuesto y acompañado de queso fresco y chile chipotle; excepcionales.
  • La pechuga ranchera en nata, con su infaltable chile pasilla; es una tradición de la hostería.
  • El pollo manchamantel, con diferentes tipos de chiles y con plátano macho y durazno; es un capricho típicamente poblano.
  • El chile en nogada, que aquí se puede degustar todos los días del año, con su infaltable salsa de nuez de castilla; es una delicia.
  • Los escamoles en mantequilla son soberbios.
  • La lengua a la veracruzana tiene también mucho qué decir.
  • La calabaza en tacha es espectacular.
  • Las galletas de nata y los huesitos de manteca tampoco se deben olvidar.

Un aspecto que lo hace aún más especial es que su cocina no está dirigida por ningún chef, sino que son las mayoras quienes se hacen cargo de la comida. Son personas cuya vida ha girado en torno a la gastronomía mexicana y que han desarrollado una intuición y conocimiento profundo sobre los ingredientes y sabores que la componen.

En el interior se siente un ambiente tranquilo y lleno de colores.

El origen del nombre

Aunque el restaurante abrió en 1860, la construcción en la que se encuentra es un antiguo ex convento dominico que data del siglo XVI –protegido por en INAH y el INBA como patrimonio del Centro Histórico–. Y es que tras la Conquista, dichos frailes se dirigieron a donde se ubicaba la casa de Cuauhtémoc –último tlatoani de Tenochtitlan– para construir ahí una iglesia con una plaza que llamaron Santo Domingo.

El sitio se utilizó como monasterio y hostería, en la cual los aventureros itinerantes podían pasar la noche. Sin  embargo, después de una crisis interna los frailes se vieron en la necesidad de vender ciertas secciones del convento, entre ellas lo que hoy se conoce como el restaurante más antiguo de la ciudad.

Dirección: Belisario Domínguez 70-72, Centro Histórico.
Teléfono: (55) 5510 1434
Horario: de lunes a sábado de 9 a 22:30 horas y domingos de 9 a 21 horas.


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