El pasado sábado, el Peacock Theater de Los Ángeles, California, vibró con una nueva edición de la ceremonia de inducción al Salón de la Fama del Rock and Roll. La gala celebró el ingreso de leyendas como The White Stripes, Bad Company, Chubby Checker, Cyndi Lauper, Joe Cocker, OutKast y Soundgarden, entre otros. Más allá de los discursos de aceptación, la noche estuvo repleta de tributos emotivos, reuniones inesperadas y actuaciones que recordaron por qué el rock sigue siendo un género vivo y transformador. Aquí repasamos los cinco momentos que más impactaron al público y a los fans en todo el mundo.
5. Un supergrupo estelar rinde homenaje a Sly Stone
La ceremonia arrancó con una explosión de funk y soul en tributo a Sly Stone, el visionario líder de Sly and the Family Stone, quien falleció a principios de este año a los 82 años. Un supergrupo improvisado subió al escenario: Stevie Wonder, Questlove, Jennifer Hudson, Maxwell, Beck, Flea y Leon Thomas. Interpretaron un medley inolvidable de clásicos. Wonder y Beck se alternaron en las voces principales para "Dance to the Music", Maxwell brilló en "Everyday People", y tras una jam session en "Thank You (Falettinme Be Mice Elf Agin)", Hudson lideró una versión poderosa de "Higher". Fue un arranque que unió generaciones y honró el legado innovador de Stone en el funk psicodélico.
4. La dedicatoria poética de Jack White a Meg White
The White Stripes entró al Salón de la Fama presentado por el icónico Iggy Pop. Jack White, de 50 años, tomó el micrófono para un discurso cargado de emoción, revelando que su exesposa y baterista Meg White no asistió a la gala. "Hace unos días hablé con Meg White… está muy agradecida con toda la gente que la apoyó a lo largo de los años. Realmente significa mucho para ella", dijo. Pero el clímax llegó al final, cuando White leyó una historia metafórica que había escrito para ella: "Una vez, una chica trepó a un árbol, y en ese árbol había un chico: su hermano, pensaba ella. Y el árbol se veía tan glorioso y hermoso, pero no era más que un roble. Y estos dos amaban tanto el mundo que crearon una carroza de desfile, una que construyeron en su garaje, detrás del roble, con sus propias manos. Y el chico miró ese enorme caramelo de menta sobre ruedas y sintió orgullo; orgullo de que hubiera sido hecho en la Ciudad del Motor, como en las grandes fábricas, pero solo era su garaje. Miró a la chica -su hermana, pensaba él- y, como los Pequeños Traviesos, dijeron: 'Hagamos un espectáculo'.Y llevaron la carroza por el Cass Corridor, subidos encima del caramelo de menta tirado por caballos blancos, o quizá era una camioneta roja Econoline. Muchas de las cuadras por las que pasaron estaban vacías, pero en algunas había gente. Y algunos los aplaudían, otros reían, y algunos incluso les tiraban piedras. Y con sus propias manos, los dos empezaron a aplaudir, a cantar y a inventar canciones.Y algunas personas siguieron mirando, balanceándose, moviéndose. Y entonces, una persona incluso sonrió. El chico y la chica se miraron, y también sonrieron, y sintieron -ambos sintieron- el pecado del orgullo. Pero siguieron sonriendo. Sonriendo desde una nueva libertad, sabiendo que habían compartido algo y hecho que otra persona sintiera algo.Y pensaron que quien les sonreía era un extraño, alguien que no conocían. Pero no era solo un extraño... era Dios". Esta narración poética capturó la esencia cruda y creativa del dúo de Detroit, dejando al público conmovido.
3. Cyndi Lauper y un medley de hits con invitadas estelares
Cyndi Lauper, ícono de los 80, fue presentada por la rising star Chappell Roan. La neoyorquina no defraudó y ofreció un medley de sus mayores éxitos junto a un elenco de artistas femeninas. Arrancó en solitario con la balada "True Colors", seguida de "Time After Time" (1984) acompañada por Raye. Luego invitó a Avril Lavigne para "Girls Just Wanna Have Fun", y hacia el final, animó al público a unirse mientras Salt-N-Pepa subía al escenario. Fue un celebración feminista y energética que recordó el impacto duradero de Lauper en el pop y el empoderamiento.
2. The Killers homenajea a Warren Zevon con un toque personal de David Letterman
Warren Zevon recibió póstumamente el Premio a la Influencia Musical, entregado por su amigo David Letterman. Un video tributo incluyó palabras de Bruce Springsteen y Jackson Browne. Letterman mostró una guitarra que Zevon le regaló en su última aparición en su show: “Cuídala por mí”, le había dicho el músico. Al final, el presentador la pasó a Dave Keuning de The Killers. La banda interpretó "Lawyers, Guns and Money" (de Excitable Boy, 1978), con Waddy Wachtel –guitarrista de sesión que colaboró con Zevon– uniéndose. Fue un tributo rockero y nostálgico que honró el ingenio sarcástico de Zevon.
1. La reunión de Soundgarden y un tributo emotivo a Chris Cornell
El momento cumbre fue la actuación de Soundgarden, introducida por Jim Carrey. La banda grunge de los 90 se reunió con Brandi Carlile, Taylor Momsen, Mike McCready (Pearl Jam) y Jerry Cantrell (Alice in Chains) para "Rusty Cage" y "Black Hole Sun". Pero el punto álgido llegó con Toni Cornell, hija del fallecido Chris Cornell, interpretando una versión acústica y conmovedora de "Fell on Black Days", acompañada por Nancy Wilson de Heart. Esta reunión no solo celebró el legado de Soundgarden, sino que rindió un homenaje profundamente personal a Cornell, cerrando la noche con ovaciones y lágrimas. Esta ceremonia no solo inductó a nuevos inmortales, sino que revivió el espíritu del rock a través de colaboraciones inesperadas y emociones crudas. Una noche que los fans no olvidarán.