Hace algunos años, viajar por México era sinónimo de ahorro, cercanía y facilidad. Hoy, muchos viajeros descubren que volar a París o Madrid puede costar lo mismo —o incluso menos— que visitar Cancún o Los Cabos. ¿Qué está pasando? La respuesta está en una combinación de factores que afectan desde los vuelos nacionales hasta los hoteles y plataformas digitales.
Uno de los principales motivos es la inflación turística, que impactó con más fuerza en servicios nacionales que internacionales. Hoteles, transporte terrestre y alimentos en zonas turísticas mexicanas han subido entre 20% y 40% en los últimos dos años, según datos del sector. Las playas más populares, como Tulum o Vallarta, registran aumentos aún mayores, impulsados por la fuerte demanda y el turismo extranjero que está dispuesto a pagar más.
La falta de competencia en aerolíneas nacionales también influye. Tras la desaparición de varias compañías en los últimos años, la oferta de vuelos domésticos es limitada, especialmente en temporadas altas. Eso provoca tarifas elevadas incluso en rutas cortas y con poca anticipación. En cambio, vuelos a Europa se benefician de aerolíneas internacionales, competencia, promociones y acuerdos con agencias digitales.
Además, la llegada masiva de plataformas como Airbnb provocó que muchos destinos elevaran sus precios, incluso cuando no ofrecen servicios equivalentes a los de un hotel. En ciudades como San Miguel de Allende, Bacalar o Valle de Bravo, las rentas vacacionales pueden costar más que un alojamiento en Madrid o Roma.
Otro factor es la digitalización del turismo. Hoy, los mexicanos tienen acceso a buscadores globales que comparan precios, detectan ofertas y alertan sobre tarifas bajas hacia Europa. Esto permite descubrir vuelos de ida y vuelta a España desde $13,000 pesos, mientras un viaje a Los Cabos en vacaciones puede superar los $15,000 contando vuelo y hotel.
La percepción también juega un papel: un viaje internacional se considera una inversión más valiosa, por cultura, distancia o experiencia. Por eso, cuando el costo es similar, muchos prefieren cruzar el Atlántico.
Viajar dentro de México sigue teniendo ventajas: menor tiempo, idioma, cultura y excelente gastronomía. Sin embargo, hoy requiere planear con mayor anticipación, buscar opciones menos saturadas y aprovechar ofertas locales.
El turismo nacional ya no es el más barato, pero sigue siendo uno de los más ricos… si se sabe elegir.