Viernes con todo y para llevar: La mítica Cemita Poblana

Hablar de Puebla es hacer referencia a una cantidad infinita de detalles sobre cultura, historia y sobre todo gastronomía, y es que, a pesar de ser vecino del “desconocido” Tlaxcala, en esta tierra encuentran su origen unas verdaderas joyas, dignas de cualquier emperador europeo o prehispánico.

Así como en chilangolandia abundan los estanquillos con tortas en casi cada esquina, en la Angelópolis no se quedan atrás y acá hacen gala al paladar con las inigualables Cemitas, “la hamburguesa mexicana” dicen los gringos, “las tortas poblanas” comentan en el resto del país, lo cierto es que esta chulada es infaltable cuando uno viene a turistear, a ver el beisbol o el fútbol.

La Cemita clásica, la que le toco a nuestros tatarabuelos y bisabuelos data de mediados del siglo XIX, esa “versión” era más un platillo casero que una exquisitez popular, básicamente estaban rellenas de papa, frijol y nopalitos preparados, pero, al paso del tiempo (y para fortuna de todos), se le fueron agregando ingredientes como: Aguacate, Chipotle, Hojas de pápalo, milanesa de res y Quesillo, con lo que resulta una verdadera bomba para el corazón y el alma.
Prácticamente en cualquier mercado, tianguis y rincón de Puebla se pueden encontrar Cemitas, su precio oscila entre los 35 a 250 pesitos, por supuesto esto depende del establecimiento y de las variaciones en ingredientes que puedes pedir, como: carnitas, carnes frías (salchicha, jamón serrano-ahumado, salami, etc), champiñones, huitlacoche o y hasta cortes de carne premium.

A la lejanía uno puede pensar que se trata de una torta más, pero, es que no te hemos contado que el secreto de la Cemita radica en su pan, que de hecho el pan por si solo se llama Cemita y es del tipo crujiente, bastante grande y decorado con ajonjolí en  la parte superior, con relación a esto último existe la anécdota de que el general Maximino Ávila Camacho brindó una comida en Teziutlán, en la que, las Cemitas consumidas tenían dibujado con el ajonjolí el escudo de armas de ese municipio.



De apoco la Cemita comienza a ganar terreno en el interior del país, tanto, que tan solo en CDMX ya hay establecimientos dedicados a la venta exclusiva de este manjar, con el agregado de que el pan es traído directamente “por ley” cada mañana desde alguna panadería poblana sin excepción.

Sin más por agregar cuéntanos ¿ya conocías este platillo?, ¿Cuántas Cemitas eres capaz de comerte en una sola sentada?, ¿se te hizo agua la boca?, no olvides dejarnos tus comentarios y por supuesto cuéntanos sobre que otro platillo te gustaría conocer un poco más en el próximo: “viernes con todo y para llevar”

JR Brindiz


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