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Pornografía y autoempleo digital: ¿Por qué es tan rentable?

Las dificultades económicas derivadas del COVID-19 han puesto en jaque el ingenio de miles y millones de personas para llevar a buen puerto su estabilidad financiera, con la esperanza de que tal situación solo es un pequeño bache en la historia de la humanidad y que, de apoco, la vida irá retomando su curso normal para recuperar el estatus monetario que han perdido, sí, creo que para nadie es un secreto que la pandemia nos ha llevado a extremos según sea el caso, pero… ¿qué tan cierto es que la adversidad nos “obligo” a salir adelante a como diera lugar?

Hubo un tiempo en el que, antes de la pandemia, nadie conocía la plataforma “OnlyFans” y sí la conocían, ni de lejos, podrían vislumbrar el potencial monstruoso que contenía, para quien aún no lo sepa: “OnlyFans” es un sitio web, en donde, muy al estilo de Netflix, puedes pagar una suscripción mensual por ver contenido “exclusivo” de otros usuarios, en un principio esta plataforma fue creada con la intención de ser un “Youtube Académico” o un “Instagram plus”, pero… bien dicen que “el diablo está en los detalles” y a alguien, en algún punto se le ocurrió, sí, cobrar por subir contenido, pero… sexual.

Según información del portal BBC, “OnlyFans” poseía 15 millones de usuarios antes de la pandemia, hoy día ronda los 150 millones, de los cuales solo 1.5 millones crean contenido sexual, lo cual, en palabras del fundador y director ejecutivo de "OnlyFans", Tim Stokely, representa transacciones bancarias de poco más de 300 MILLONES DE DÓLARES MENSUALES.

Una vez dicho todo esto, podemos vislumbrar el como las adversidades pueden convertirse en oportunidades, allá afuera en el mundo, personas con empleos comunes, vieron como sus centros de trabajo cerraron y ante tal situación decidieron crear contenido sexual, sin saber que se volverían ultra famosos y “millonarios”: fotografías, vídeos, audios y quizá hasta encuentros físicos con “suscriptores”, acá no vamos a criticar si esta forma de trabajo está bien o mal, pero, lo que sí vamos a cuestionar es ¿por qué es tan rentable?

La suscripción más barata en “OnlyFans” cuesta 5 dólares, es decir, 101.57 pesos mexicanos, más o menos el precio inicial que tenía Netflix cuando debutó en México, pero, la diferencia es que, mientras que Netflix te ofrece cientos de opciones por el mismo precio, “OnlyFans” es EXCLUSIVO, por lo cual, si quieres ver el contenido de 5 creadores, tendrás que invertir: 507.85 pesos mexicanos, eso, pensando que las 5 suscripciones constan del precio mínimo cada una, ya que, el precio máximo por suscripción está fijado en 50 dólares, es decir: 1,014.74 pesos mexicanos.

Esto ultimo explica porque es tan rentable para los creadores de contenido, es decir, cobrándole a cada persona: 101.57 al mes, solo necesitas hacerte con 132 suscriptores para pagar la renta mensual de un departamento de 2 recamaras en CDMX, esto, según información de El Financiero, quienes estiman el costo promedio de este tipo de viviendas en 13 mil 375 pesos. 

Pero… ¿qué hace tan rentable este negocio del lado del consumidor?, bueno, tampoco para nadie es un secreto que en internet hay infinidad de material pornográfico “GRATIS”, ponemos entre comillas “GRATIS”, ya que, es evidente que las paginas porno ganan dinero mediante la publicidad mostrada en el sitio, tú perfectamente puedes entrar, mirar lo que quieras y tan a gusto, no tienen ningún costo, desde temas clásicos hasta fetiches, pasando por actores profesionales y personas amateur, contenido de 1 hora y media o de 5 minutos, para todos los géneros y gustos, infinidad de posiciones y de tramas, es decir, el mundo de la pornografía en internet es tan amplio como lo son los océanos mismos y repetimos, ¡totalmente gratis!, ¿por qué querría alguien gastar dinero en algo que es gratis?, bueno… esa pregunta tiene una respuesta sencilla: “plusvalía”.


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La plusvalía en su definición común se entiende como: “Aumento del valor de una cosa, especialmente un bien inmueble, por circunstancias extrínsecas e independientes de cualquier mejora realizada en ella”. Es decir: ideas, sentimientos, sensaciones, supuestos, cualquier falacia que nos haga percibir como más valioso cualquier objeto. La plusvalía esta presente en todos lados: “salas VIP, combo grande, sabor limitado, color exclusivo, zona residencial, 5 estrellas, palcos reservados” y largo pero largo camino de ejemplos, a donde quiera que voltees, siempre puedes pagar más de lo que realmente cuesta el servicio porque… tiene plusvalía.

Relacionado con “OnlyFans”, el negocio de esta plataforma NO es vender material pornográfico, sino vender plusvalía respecto al cuerpo de otras personas: “Tú tienes el poder de mirar el cuerpo de esa mujer, de ese hombre, tienes el poder de pedirle que se ponga tal ropa, que haga tal pose, que haga lo que tu quieres con su cuerpo… pero con un precio” y sí… ya vimos que muchas personas son adictas NO al poder, sino a la plusvalía que les hace sentir más o menos lo mismo.

En este sentido, la profesora de la Universidad de Virginia, Eileen Y. Chou, en un artículo para “Harvard Business Review”, explica que: 

“Los humanos crean jerarquías sociales para preservar el orden, pero también para generar expectativas acerca de cómo van a comportarse las personas más poderosas, algo sin duda útil. Hemos evolucionado, para ser sensibles a las señales de comportamiento que apuntan a estas dinámicas de poder. Por ejemplo, a menudo asociamos la altura física de una persona con el poder, lo que nos lleva a atribuir una mayor autoridad y estatus a las personas altas. Esta es la razón, también, por la que otorgamos una mayor legitimidad a una persona en traje o bata de médico. Cualquier detalle o acción por minúscula que sea, si es percibida como un reflejo de poder, se magnifica, se intensifica, se asume, se practica y se vuelve parte de uno mismo”.

La pornografía es un negocio tremendamente exitoso, nuestros ojos humanos no se cansan de mirar cuerpos, infinidad de cuerpos y a ultima instancia muchas de nuestras actividades económico sociales giran en torno a la sexualidad (nuestra ropa, nuestros bailes, nuestra música), somos adictos al placer sexual, nos domina, nos induce inclusivo a comportamientos lascivos y autodestructivos, pero, si a ese conjunto de sensaciones satisfactorias le agregas el factor “yo puedo poseer”, el resultado como hemos visto es un negocio multimillonario en, sí… vender algo que puedes tener gratis.

JR Brindiz

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