Hablar de Gatorade es hablar sin lugar a dudas de una de las marcas más representativas, no solo de los 90’s e inicios de los 200’s, sino de la historia del deporte a nivel mundial, es más, de la cultura e historia popular de nuestra especie, ya que, no solo se trata de una bebida más para rehidratarte, sino, de un movimiento, una manera de entender el deporte más allá del esfuerzo físico, sino de la superación personal misma en todo sentido.
Gatorade nació en 1965, dentro de los laboratorios de la universidad de Florida, gracias al ingenio del medico estadounidense, Robert Cade, quien después de exhaustivas investigaciones, logro encontrar la formula para crear la bebida rehidratante ideal, la cual, fue elaborada para ayudar a los jugadores de fútbol americano de dicha universidad, en el sentido de confortarlos y otorgarles un aliciente para seguir adelante.
En este sentido resulta muy curioso el origen del nombre “Gatorade”, el cual, se compone de dos silabas: Gator y ade; la primera hace referencia a la mascota y al nombre oficial del equipo de futbol americano, “Los cocodrilos de la universidad de Florida” o “Gators” por su traducción al inglés.
Mientras que la segunda silaba, “ade”, es un juego de palabras al sustituir la palabra “Aid” (ayuda en inglés), con la terminación de “Lemonade” (limonada), el cual, es el sabor original de la bebida rehidratante, así que, en resumen, el nombre de “Gatorade” significa: “La limonada que ayuda a los cocodrilos”, sí…. En español no suena tan chido, así que, quedémonos con la versión en inglés.
Regresando al curso de la historia, un año después, en 1966, el periódico: The Miami Herald, publico un articulo acerca de la bebida, en el cual, se le describía como “una solución líquida que sabe cómo la menta y funciona como un milagro”, dicho articulo funcionó para dos cosas, la primera: establecer a la bebida como un descubrimiento real y relevante, la segunda: para darla a conocer fuera de los entrenamientos y partidos del equipo de la universidad.
Más tarde, en 1977, uno de los exalumnos de Robert Cade, consiguió un empleo en la universidad de Indiana, en donde, tuvo la oportunidad de conocer a los vicepresidentes de la compañía envasadora de frutas y vegetales de Indianapolis: Stokely-Van Camp, Inc. A quienes les comentó de la existencia de Gatorade, estos vicepresidentes luego de conocer la historia y de la existencia de la bebida, se acercaron a Robert Cade y sus compañeros de laboratorio para asegurar su reconocimiento como los inventores de la bebida, para, posteriormente comenzar su comercialización masiva.
Como suelen decir, el resto es historia, claro, luego de atravesar centenares de peripecias y adversidades, Gatorade logró establecerse como LA BEBIDA #1 en el argot deportivo, siendo tanto su éxito que SÍ o SÍ tenía que dar el salto fuera de las fronteras estadounidenses, siendo los inicios de los años 90´s, el momento en el que Latinoamérica y por supuesto México, pudieron disfrutar del sabor y de todas las cualidades que provee Gatorade al momento de la actividad física.
Un año después, en 1991, Gatorade deleitaría al mundo no solo de la publicidad, ni del basquetbol, sino AL MUNDO ENTERO, con su comercial: “Be like Mike” (Se como Mike), en la cual, de la mano de la leyenda Michael Jordan, detonaron todo un movimiento social, el cual, independientemente de practicar o no el basquetbol, tenia en claro una sola cosa: SER EL MEJOR DE TODOS LOS TIEMPOS, sudar hasta la ultima gota y sobre todo, contar con ese aliciente extra, un buen Gatorade frio que te llevase a dar más, más, siempre más.
Y de nueva cuenta, el resto es historia, una historia que se ha extendido por más de 56 años y de la cual, muchos hemos tenido alguna experiencia u opinión al respecto, como por ejemplo nuestro sabor favorito de la bebida o imaginarnos siendo bañados en Gatorade helado, tal como lo hacen los jugadores de futbol americano en la NFL luego de ganar el SuperBowl, lo que es cierto, es que Gatorade es y seguirá siendo el referente top en el mundo deportivo y claro, en la historia popular de la humanidad.
JR Brindiz