Cuando de inteligencia y capacidades motoras hablamos, es completamente inevitable no referirnos al cerebro, como ese “centro u origen” de todo aquellos que somos capaces de lograr, tal es nuestra fascinación con este órgano, que, solemos hacer chascarrillos del tipo: “en un examen de anatomía humana, tu cerebro sabe perfectamente todas las respuestas, pero, no te las dice”, e inclusive, esa fascinación se ve reflejada en los mitos populares como esa vieja creencia de que los zombies gustarían de comer cerebros, pero… ¿se puede vivir sin cerebro?
Bueno, más que estar vivos (recodando que estar vivo no es precisamente igual a vivir), ser conscientes de nuestra existencia y ser completamente funcionales, pues, como lo anticipa el titulo de este artículo, la respuesta es: SÍ, se puede estar vivo sin tener cerebro e inclusive (en caso de que aún no te hayas hecho una tomografía cerebral), puede que tú no tengas cerebro y ni siquiera lo sepas.
A esta extrañísima condición se le conoce como hidro-anencefalia y se trata en pocas palabras, de que, no hay presencia de masa encefálica dentro del cráneo, simplemente dos sacos llenos de liquido cefalorraquídeo (tal cual, como globos con agua), pero… ¿Cómo es posible que alguien pueda vivir y funcionar sin cerebro?... bueno, agárrate de donde puedas porque no solo se puede vivir sin cerebro, sino, también ser un “genio”.
A finales del milenio pasado, en Reino Unido, para ser específicos en la Universidad de Sheffield, un estudiante brillante, de los más destacados en el campo de las matemáticas, acudió con un medico y profesor de dicha universidad, el doctor John Lorber, esto, luego de que presentara una severa migraña que comenzaba a dificultar sus actividades, el medico al recibirlo noto de inmediato que la cabeza del estudiante era “más grande de lo normal”, por lo cual, sugirió realizar una tomografía para indagar más sobre lo que estaba ocurriendo, lo que descubrió… marcó un antes y un después en la neurociencia.
Resulta que este genio de las matemáticas “No tenia cerebro” o bueno, mejor dicho, muy apenas tenía una delgadísima membrana celular de un milímetro de largo, al notar esto, el doctor John Lorber estaba estupefacto, tal fue su impresión que decidió repetir la tomografía para descartar cualquier ml funcionamiento de los rayos X, sin embargo, el resultado fue el mismo, estaba ante una persona con 140 de iQ, pero, sin cerebro.
*IZQ. Tomografía real del caso | DER. Tomografía de una persona común*