La última semana de enero aparecía llena de fechas en el calendario de Gordon Matthew Thomas Sumner, a quien el mundo conoce como Sting. El veterano cantante británico de 73 años continuaría con su gira y, además, iba a recibir un premio a su trayectoria. Sin embargo, un imprevisto médico ha obligado a cambiar por completo la agenda y, ahora, el panorama musical suspira deseando que no sea más que un susto.
Ha sido el propio equipo del antiguo líder de The Police quien ha dado la noticia. “Por recomendación de su médico, debido a una enfermedad, Sting lamenta profundamente tener que cancelar su aparición en los Bass Magazine Awards y posponer sus conciertos STING 3.0 en Phoenix (Arizona), originalmente programados para el 24 de enero y Wheatland (California), originalmente programados para el 26 de enero”, han dejado por escrito en la página web oficial del artista, señalando que, además, tampoco asistirá a “su actuación en el 20º aniversario de Cherrytree Music Company, que ahora tendrá lugar el 29 de mayo”.
La rotundidad de la medida ha preocupado a sus seguidores, que han encontrado un remanso de tranquilidad en el anuncio al ser advertidos de que “deben conservar sus entradas para los espectáculos pospuestos, ya que serán válidas en las nuevas fechas”. “Sting se disculpa sinceramente por cualquier inconveniente y extiende su gratitud a los fans por su comprensión”, cierra el comunicado.
Al pie del cañón
Pero la dureza de Sting es sobradamente reconocida. Su siguiente concierto será el 8 de febrero en el Lucas Oil Stadium de Indianápolis, fecha que no ha sido cancelada. Allí aparecerá junto a Billy Joel para acometer un viaje al pasado del que harán partícipes a todos los presentes. Y luego, el mundo: el británico tiene prevista una de las giras más largas de toda su carrera, pasando por todos los continentes y culminando en su Inglaterra natal. Estas paracen buenas noticias para México, ya que tiene programados conciertos el 7 y 8 de marzo en el Auditorio Nacional.
Si bien es cierto que la información ha pillado desprevenidos a sus seguidores, la realidad es que Sting goza de un buen estado de salud: mantiene una dieta macrobiótica basada en vegetales y cultiva junto a su mujer, Trudie Styler, sus propios alimentos orgánicos; practica yoga desde hace más de tres décadas y mantiene una estricta rutina de ejercicio diaria. Estrella del rock se nace, pero también se entrena.