En un hecho que sorprendió tanto a los asistentes como al personal del gimnasio Nuevo Jordan, ubicado en la calle Buen Tono número 36, a la vuelta del metro Salto del Agua, en la Ciudad de México, el legendario músico Bob Dylan demostró su habilidad en el boxeo durante una visita en febrero de 2008.
El cantante, conocido mundialmente por su prolífica carrera musical y literaria, decidió entrenar en este espacio popular de la capital mexicana, dejando atónitos a quienes lo vieron en acción.
De acuerdo con el entrenador del gimnasio, Rodolfo “Güerco” Rodríguez, el premio Nobel de Literatura 2026 llegó acompañado de un grupo de cuatro personas alrededor de las 14:00 horas.
En un principio, la identidad del mísico del himno "Like a Rolling Stone" pasó desapercibida para los presentes en el histórico gimnasio fundado en 1938, incluso el propio entrenador del local desconfió de su resistencia física, debido a su edad: entonces el músico tenía 67 años. “Me dije, ‘¡pinches viejitos les va a dar un infarto!‘“, contó el ”Güerco" en aquel entonces.
Antes de subir al cuadrilátero, Dylan realizó ejercicios básicos de entrenamiento, como rounds con la pera y el costal, lo que permitió al “Güerco” observar que el cantante tenía experiencia previa en el deporte.
“Le puse a hacer un round de costal y otro de pera; luego lo subí a boxear un round con cada uno de sus amigos y lo hizo bien. Se ve que practica el boxeo desde hace tiempo, porque suelta buenos golpes y trae orejeras, concha y guantes profesionales. Sabe lo que es el pugilismo y lo disfruta”.
El boxeo, una pasión de Bob Dylan
El gusto de Bob Dylan por el boxeo no es algo reciente. El artista ha practicado este deporte desde su adolescencia, lo que quedó demostrado en su desempeño en el ring.
Durante su entrenamiento en el gimnasio Nuevo Jordan, Dylan utilizó equipo profesional, como orejeras, concha y guantes, y mostró una técnica que impresionó al entrenador. “Soltaba buenos golpes”, afirmó el “Güerco”, quien destacó que el cantante no era un principiante en esta disciplina.
La visita de Dylan al gimnasio fue organizada por Sergio Mayer, productor y exdiputado de la Ciudad de México. Mayer explicó que el músico eligió este lugar por su carácter popular y representativo de la ciudad, en lugar de optar por un gimnasio de lujo.
“Pudo haber pedido el mejor gimnasio, pero no, él optó por lo popular”, señaló Mayer, quien también expresó su preocupación inicial por la seguridad del cantante. Sin embargo, la jornada transcurrió sin contratiempos.
“Quiso entrenar ahí porque era un lugar popular y típico de la ciudad, pudo haber pedido el mejor gimnasio y no, él optó por lo popular, yo estaba temeroso por su seguridad pero no, todo salió de maravilla y en completa tranquilidad”.
“Dylan llegó de manera inesperada al gimnasio Nuevo Jordan, un lugar de renombre dentro del boxeo mexicano, ubicado en la calle Buen Tono número 36 en pleno Centro Histórico de la Ciudad de México. Para sorpresa de la gente que se encontraba en el inmueble entrenando, el músico se acercó con algunos muchachos, los cuales no lo reconocieron desde el principio, para poner en marcha sus conocimientos sobre el pugilismo. Tras intentar boxear con algunos de los presentes, prefirió observar a los jóvenes practicar y comparó sus técnicas".
En días posteriores, el músico conocido por sus letras libertarias y de protesta social se presentó en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara como parte de la promoción de su disco Modern times.
El Gimnasio Nuevo Jordan
La presencia de Bob Dylan en el gimnasio Nuevo Jordan dejó una huella imborrable en quienes tuvieron la oportunidad de presenciarlo. Aunque su visita fue breve, el impacto de ver a una figura de su talla practicando boxeo en un espacio tan emblemático de la Ciudad de México fue significativo.
Este episodio es un recordatorio de las múltiples facetas del artista, quien, además de ser un ícono de la música, ha cultivado una pasión por el deporte que pocos conocían.
El gimnasio Nuevo Jordan, ubicado en una de las zonas más tradicionales de la capital mexicana, se convirtió ese día en el escenario de un encuentro inesperado entre la música y el boxeo.