El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció a través de sus redes sociales que la compañía Coca-Cola habría accedido a reemplazar el jarabe de maíz de alta fructosa por azúcar de caña en las gaseosas comercializadas en el país. “He estado hablando con Coca-Cola sobre el uso de azúcar de caña REAL en la Coca-Cola en Estados Unidos, y han accedido a hacerlo”, escribió Trump, agradeciendo a las autoridades de la empresa. Sin embargo, un portavoz de Coca-Cola no confirmó explícitamente el cambio en la receta, limitándose a expresar que “aprecian el entusiasmo del presidente” y que pronto compartirán detalles sobre “nuevas ofertas innovadoras” en su gama de productos.
El anuncio, que ha generado controversia, surge en medio de preocupaciones sobre los efectos del jarabe de maíz en la salud, impulsadas por el secretario de Salud de Trump, Robert F. Kennedy Jr. Según un informe de la Comisión Make America Healthy Again (MAHA), convocada por Trump en mayo de 2025, el consumo de jarabe de maíz de alta fructosa podría estar relacionado con la obesidad infantil y otras afecciones crónicas. Kennedy, conocido por su crítica a ingredientes como el jarabe de maíz, aceites de semillas y colorantes artificiales, ha abogado por reformular las guías dietéticas nacionales para reducir el consumo de azúcar y aditivos, afirmando que los estadounidenses, especialmente los niños, están “nadando en una sopa tóxica”.
La Coca-Cola, una de las bebidas más consumidas en Estados Unidos y América Latina, varía su receta según el país. Mientras que en México, Reino Unido y Australia se endulza con azúcar de caña, en Estados Unidos se utiliza jarabe de maíz. James Quincey, consejero delegado de Coca-Cola, había declarado en abril que la empresa está comprometida con la reducción de azúcar en sus bebidas, ajustando recetas y promoviendo productos bajos en calorías.
El anuncio de Trump ha generado inquietud entre los agricultores de maíz estadounidenses. John Bode, presidente de la Asociación de Refinadores de Maíz, advirtió que sustituir el jarabe de maíz por azúcar de caña podría costar miles de empleos en la industria alimentaria, deprimir los ingresos agrícolas e incrementar las importaciones de azúcar extranjero, sin beneficios nutricionales claros, ya que expertos no han identificado diferencias significativas entre ambos edulcorantes.
Por su parte, Kennedy insiste en que eliminar el jarabe de maíz es un paso hacia una alimentación más saludable. El secretario de Salud también ha criticado el alto consumo de azúcar en Estados Unidos y planea actualizar las directrices dietéticas nacionales este verano. Trump, un conocido consumidor de Coca-Cola light –que utiliza aspartamo como edulcorante–, ha hecho instalar un botón en el Despacho Oval para ordenar esta bebida.
El debate sobre la reformulación de Coca-Cola pone en el centro la tensión entre la salud pública, los intereses económicos y las preferencias de los consumidores, mientras el país espera más detalles sobre los planes de la compañía y las políticas de la administración Trump en materia de alimentación.