Un reciente informe de World Population Review, publicado en abril de 2025, ha generado revuelo al posicionar a Argentina como el país más odiado de América Latina y el número 24 entre los 30 más detestados a nivel global. Este ranking, basado en encuestas de opinión pública y percepciones internacionales, destaca a Argentina por encima de México, que ocupa el puesto 28, como los únicos representantes latinoamericanos en la lista.
¿Qué factores explican esta percepción negativa hacia Argentina en la región y el mundo?
Te decimos las razones detrás de esta controvertida clasificación, analizando aspectos culturales, históricos, políticos y sociales, mientras se cuestiona la metodología y el contexto del informe.
Contexto
World Population Review, una organización estadounidense dedicada a recopilar datos demográficos y estadísticos, elaboró este ranking combinando informes y encuestas globales sobre percepciones públicas. Según el informe, las opiniones negativas hacia ciertos países varían según la ubicación de los encuestados y están influenciadas por factores como la cultura, la religión, las políticas gubernamentales, las acciones internacionales y el comportamiento de los ciudadanos, incluidos los turistas. En el caso de Argentina, el informe señala que las rivalidades deportivas y las controversias políticas son las principales razones de su impopularidad en América Latina. Sin embargo, las causas son más complejas y multifacéticas.
El fútbol como campo de batalla
En América Latina, el fútbol no es solo un deporte, sino una pasión que define identidades nacionales y alimenta rivalidades históricas. Argentina, con su rica tradición futbolística, ha sido protagonista de enfrentamientos memorables, especialmente con Brasil, Uruguay y Chile. La selección albiceleste, liderada por figuras como Diego Maradona y Lionel Messi, ha acumulado títulos mundiales y continentales, lo que genera admiración, pero también envidia y resentimiento en algunos sectores de la región.
“El éxito deportivo de Argentina, especialmente en el fútbol, puede generar una percepción de arrogancia entre sus vecinos”, explica el sociólogo deportivo Juan Pablo Gómez. “Frases como ‘somos los mejores’ o el fervor de los hinchas argentinos en eventos internacionales a veces se interpretan como una actitud de superioridad, aunque sea una expresión de orgullo nacional”. Esta percepción se intensifica en redes sociales, donde los memes y los comentarios trolleando a Argentina son comunes tras enfrentamientos deportivos. Por ejemplo, la victoria de Argentina en la Copa América 2021 y el Mundial 2022 avivó debates encendidos, especialmente con Brasil, cuyo público a menudo señala a los argentinos como “soberbios”.
La arrogancia y la “herencia europea”
Otro factor recurrente en las críticas hacia Argentina es la percepción de que sus ciudadanos se consideran “superiores” o “más europeos” que otros latinoamericanos. Esta idea tiene raíces históricas: durante los siglos XIX y XX, Argentina recibió una gran inmigración europea, principalmente italiana y española, lo que moldeó su identidad cultural y demográfica. Buenos Aires, conocida como la “París de América del Sur”, y el acento porteño, a menudo asociado con un aire cosmopolita, refuerzan esta imagen.
La gente a menudo ha expresado opiniones como: “Los argentinos piensan que son mejores porque son más blancos o europeizados” o “tratan a sus vecinos con desdén”. Estas percepciones, aunque generalizadas, se alimentan de estereotipos y malentendidos culturales. “No es que los argentinos rechacen su identidad latinoamericana, pero hay un orgullo por su historia y logros que a veces se malinterpreta como arrogancia”, señala la antropóloga Mariana López. Este sentimiento se ve agravado por comentarios despectivos de algunos argentinos hacia países vecinos, que, aunque no representan a la mayoría, son amplificados en redes sociales.
Controversias políticas y tensiones regionales
Las políticas internas y externas de Argentina también han contribuido a su imagen negativa. En la región, el país ha tenido roces diplomáticos y económicos con vecinos como Brasil, Uruguay y Chile, a menudo relacionados con tratados comerciales, disputas territoriales históricas o diferencias ideológicas entre gobiernos. Por ejemplo, durante los gobiernos peronistas, Argentina adoptó posturas nacionalistas que algunos países percibieron como proteccionistas o confrontacionales.
Recientemente, la gestión del presidente Javier Milei, con su estilo polarizante y medidas económicas de shock, ha generado críticas tanto internas como externas. “Las crisis económicas recurrentes de Argentina, combinadas con un discurso político que a veces parece desafiante, proyectan una imagen de inestabilidad que no ayuda a su reputación”, indica el analista político Diego Ramírez. Además, algunos gobiernos latinoamericanos han cuestionado las posturas de Argentina en foros regionales, como el Mercosur, donde el país ha sido acusado de priorizar sus intereses nacionales sobre la cooperación regional.
Estereotipos y redes sociales: el amplificador del odio
El informe de World Population Review también refleja el impacto de las redes sociales, donde los estereotipos sobre los argentinos se propagan rápidamente. En plataformas como Twitter y TikTok, no es raro encontrar videos o publicaciones que ridiculizan a los argentinos por su acento, su pasión por el mate o su supuesto ego. Si bien muchas de estas publicaciones son humorísticas, refuerzan narrativas negativas que influyen en la percepción pública.
México: el otro latinoamericano en la lista
México, ubicado en el puesto 28 del ranking, comparte con Argentina la distinción de ser el único otro país latinoamericano en la lista. Sin embargo, las razones de su impopularidad difieren. Según el informe, México enfrenta críticas por su asociación con el crimen organizado y la violencia, así como por su influencia cultural y económica en América del Norte, que genera recelo en algunos sectores. A diferencia de Argentina, la percepción negativa de México está menos vinculada a rivalidades regionales y más a estereotipos globales.
Críticas al informe
A pesar de la atención que ha recibido el ranking, algunos expertos cuestionan su validez. “El informe de World Population Review no detalla cómo se recopilaron las encuestas ni qué tan representativas son”, señala la socióloga Carla Fernández. “Las percepciones públicas son subjetivas y pueden estar sesgadas por eventos recientes, campañas mediáticas o incluso por el diseño de las preguntas”. Además, la falta de transparencia sobre los países encuestados y la ponderación de sus respuestas genera dudas sobre si el ranking refleja una realidad global o solo las opiniones de ciertos grupos.
Por otro lado, el informe no considera los aspectos positivos de Argentina, como su contribución a la ciencia (con cinco premios Nobel, más que cualquier otro país latinoamericano), su industria cultural (cine, literatura y música) y su riqueza natural. “Es injusto reducir un país a un ranking de odio cuando hay tantos logros que también definen su identidad”, argumenta Fernández.
¿Envidia o malentendido?
El informe ha desatado un debate en Argentina, donde muchos ciudadanos han respondido con humor o indignación. En redes sociales, hashtags como #ArgentinaLaMejor circularon tras la publicación del ranking, con usuarios destacando el orgullo por su cultura, su comida y sus paisajes. “Si nos odian, es porque somos inolvidables”, bromeó un tuit viral.
Para algunos analistas, la posición de Argentina en el ranking refleja menos un odio genuino y más una mezcla de envidia, rivalidad y malentendidos culturales. “Argentina es un país que no pasa desapercibido. Su historia, su pasión y sus contradicciones la hacen un blanco fácil para críticas, pero también para admiración”, concluye Gómez.
El ranking de World Population Review ha puesto a Argentina en el centro de la controversia, al señalarla como el país más odiado de América Latina y uno de los más detestados del mundo. Factores como las rivalidades deportivas, la percepción de arrogancia, las tensiones políticas y el impacto de las redes sociales explican en parte esta imagen negativa. Sin embargo, la metodología del informe y la subjetividad de las percepciones públicas invitan a tomar estos resultados con cautela.
Argentina, con su rica historia y su vibrante cultura, sigue siendo un país que despierta pasiones encontradas. Más allá del ranking, este debate ofrece una oportunidad para reflexionar sobre cómo se construyen las percepciones internacionales y cómo los países latinoamericanos pueden trabajar en una mayor comprensión mutua, dejando atrás estereotipos y rivalidades.