Así eran estas frutas y verduras antes de que el ser humano las manipulara

Ya ven que a los humanos nos encanta jugarle a Dios. Pues aunque resulte extraño, las frutas y verduras que compramos casi en cualquier lado no se parecen prácticamente nada a las que cultivaron nuestros antepasados hace miles de años. Así ha quedado recopilado en un video que muestra la espectacular evolución que han experimentando estos cultivos con el paso del tiempo.

Este corto, elaborado por Grubstreet, tiene la finalidad de que se tome consciencia de cómo el ser humano tiene el poder de cambiar la naturaleza a favor de sus intereses.

Por ejemplo, la banana silvestre se cultivó por primera vez hace 7.000 años en Papúa Nueva Guinea y contenía en su interior una semillas duras y grandes y su color era mucho más verdoso que el de ahora. A día de hoy, los plátanos han sido manipulados genéticamente y el resultado es una fruta con semillas imperceptibles, mejor sabor, más nutrientes y un color mucho más llamativo.

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Las sandías, que tienen su origen en África, se convirtieron en un alimento muy común en los mercados de Western en 1600. El aspecto que tenían entonces era muy distinto de las actuales. Su interior era verde y con unas semillas más grandes. Hoy, las sandías tienen un aspecto mucho más fresco y jugoso, y su interior ha pasado a ser de color rojo.

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En el terreno de las verduras, las berenjenas son las que más han evolucionado de forma y color. Y es que a lo largo de toda su historia, han sido blancas, azules, celestes, moradas y amarillas. Las primeras se cultivaron en China y África y, además, tenían espinas. Y, poco a poco, este cultivo se ha deshecho de las espinas y se ha transformado en la verdura grande y morada con la que nos encontramos en los supermercados.

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Como muestra de más cambios en los alimentos, la zanahoria también los ha experimentado. Las primeras que se conocen se cultivaron en el siglo X en Persia y Asia menor. Originalmente deberían haber sido moradas o blancas, con una raíz fina y bifurcada, pero con el paso del tiempo perdieron el pigmento púrpura y se tornaron amarillas.

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Los humanos trabajaron en estas finas y blancas raíces y, a través de cambios genéticos y químicos, las convirtieron en las zanahorias grandes y naranjas de hoy.

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Por último, el maíz amarillo y jugoso que podemos encontrar en las fruterías poco tiene que ver con aquella planta verde y seca, de apariencia poco comestible, que se cultivó por primera vez en el año 7.000 A.C. Esos cambios se produjeron a partir del siglo XV, cuando tuvo lugar la colonización europea, y estos comenzaron a ocuparse de este cultivo.


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