Escuchar la palabra ron nos transporta inmediatamente a experiencias de todos los sabores y colores, para muchos, el ron es considerado su mejor aliado, ya que, su precio comercial estándar es accesible, sobre todo si eres un estudiante de preparatoria con ganas de faltar a algunas clases de vez en cuando, pero, para otro amplio sector, este alcohol es sinónimo de mala calidad y gusto “corriente” (sin importar el precio), a penas por encima del famoso “Tonayan”. Pero, ¿Qué hay más allá de la percepción generalizada de este elíxir?
Para empezar, es importante saber que el ron se obtiene del jugo de la caña de azúcar, que sobra luego de la extracción del azúcar misma, posteriormente este líquido llamado melaza o guarapo, se induce a un proceso de fermentación, en el que, se obtienen niveles altos de etanol que son nocivos en extremo para la salud, es aquí donde el proceso de destilación (exponer el líquido a altas temperaturas), logra que el etanol libere su potencial nocivo, transformándose en un líquido noble, posteriormente se agrega agua desmineralizada en función de que tanto volumen de alcohol se busque, el cual, puede ser de entre 35% a 50%, cómo paso final, se almacena en barricas de roble para añejarse en función de cada tipo.
Pero… ¿ el ron es así de sencillo siempre?, la respuesta es: no, todo depende de la casa productora y del tipo que se busca obtener, por supuesto, a continuación te enlistaremos las diferentes “versiones” que puedes probar para ampliar tú catálogo de opciones o según el caso, darle una segunda oportunidad:
Ron blanco
Este es el que todo mundo conoce y a su vez, el más versátil de todos, a saber este tipo es el más suave en cuanto a gusto, pero, que esto no te confunda, ya que, contiene el mismo nivel de alcohol que el resto, su “color” transparente se debe a qué no pasó mucho tiempo almacenado en la barrica, se podría decir que sale directamente del destiladero a tu botella.
Ron dorado
Como el nombre lo indica, este tipo posee un color ámbar o “rubio”, de entre todos es el más “dulce”, lo cual, provoca una sabor más pronunciado, es decir, si quieres inducir a alguien al fantástico mundo del ron… creemos que esta elección sería comenzar con “el pie izquierdo”.
Ron negro
La forma 2.0 del “rubio”, esta selección se añeja por más de 12 años, por ende, el contenido de glucosa es aún más elevado, siendo esta, su carta de presentación principal, es utilizado mayoritariamente para la elaboración de postres o como condimento en la gastronomía gourmet, para su elaboración se utiliza la barrica de roble carbonizado.
Ron premium/gran reserva
El abuelito de los rones, ya que, su proceso de añejamiento puede alcanzar los 50 años de espera, de entre todos es el más “difícil” para degustar, ya que, una de sus características es que se compone de la mezcla del contenido de diferentes barricas, por lo cual, hace falta tener cierta experiencia a la hora del trago, para las casas productoras, este tipo funge como la joya de la corona por antonomasia, la calidad el ron premium, habla de la calidad de toda la empresa.
Ron con especias o sabor
“El hijo rebelde de la familia”, este tipo de ron, no es más que el reflejo de la creatividad de cada casa productora, puesto que, se realizan infusiones con diferentes ingredientes luego de la destilación, dentro de los sabores “clásicos” podemos encontrar: anís, canela o vainilla, pero, en los últimos años en un intento por acaparar la atención del mercado juvenil, se ha experimentado con sabores artificiales como: mango, mora azul, tamarindo con chamoy o piña colada.
Ahora ya sabes que no todo en la vida es “bacacho con coca” y que la experiencia del ron no debe ser catalogada como un sinónimo de mal gusto o “el refinamiento de los teporochos”, si luego de esta información te entró la “cosquilla” por probar alguno, recuerda siempre hacerlo con moderación y responsabilidad.
JR Sánchez