Científicos de la Universidad de Catania han analizado tres cartas escritas en 1457 y 1475 por Vlad el Empalador para obtener nueva información sobre su salud. Sus resultados indican que el príncipe de Valaquia, en la región de los Cárpatos, probablemente tenía afecciones cutáneas y respiratorias e incluso podría haber llorado lágrimas de sangre, según explican en un artículo publicado en la prestigiada revista Analytical Chemistry.
El mito de Drácula no apareció por arte de magia. Como toda buena leyenda, tiene un inicio basado en hechos reales que poco a poco la tradición popular fue modificando. Detalle a detalle, durante siglos, se construyó la ficción del vampiro que no podía exponerse al sol y que lloraba sangre.
El príncipe y líder militar del siglo XV era tan cruel y sanguinario que tenía aterrados tanto a sus enemigos otomanos (con los que compartía frontera) como a sus propios súbditos.
Aficionado a cenar bebiendo sangre
Las crónicas de la época afirman que Vlad ?epe? era aficionado a la tortura y que soli´a cenar bebiendo la sangre de sus vi´ctimas Se calcula que en sus tres períodos de gobierno, de apenas siete años en total, ejecuto´ a unas 80.000 personas que trataron de conquistar sus tierras, usando en la mayoría de casos la te´cnica del empalamiento.
El equipo de investigadores, dirigido por Vincenzo Cunsolo, analizó por primera estos documentos escritos hace más de 500 años. Para ello, utilizaron una película plástica especializada llamada EVA, o etileno-acetato de vinilo, para extraer proteínas o moléculas pequeñas del papel sin dañarlo.
Estos extractos se analizaron con espectrometría de masas, lo que permitió a los investigadores caracterizar miles de proteínas diferentes. Los expertos se centraron entonces en las más degradadas, ya que probablemente eran las más antiguas y, por lo tanto, es más probable que fueran de Vlad en comparación con las proteínas más nuevas y menos degradadas que podrían haberse originado por otras personas que manejaron las cartas más recientemente.
Un total de 16 proteínas eran de origen humano, relacionadas con la piel, la respiración y la sangre. Los investigadores dicen que los datos que adquirieron, sugieren que Vlad podría haber sufrido problemas respiratorios y, potencialmente, incluso una afección llamada hemolacria, que lo habría hecho llorar lágrimas de sangre.
Los investigadores no están seguros de qué causó exactamente la hemolacria, pero podría estar relacionado con alguna lesión en el ojo o con una conjuntivitis bacteriana, la cual provoca una infección en la membrana mucosa del globo ocular. "Según nuestros cálculos, esta es la primera vez que se lleva a cabo una investigación de este tipo, lo que ha ayudado a sacar a la luz datos del estado de salud de Vlad el Empalador", concluyeron los autores del estudio.
La historia del Conde Drácula, el vampiro descrito por Bram Stoker en su libro de 1897 que se alimenta de la sangre humana para vivir eternamente, se convirtió rápidamente en una de las leyendas más sangrientas de Europa. Pero para añadir interés al mito, lo del nombre vino de una confusión.
El príncipe de Valaquia era hijo de Vlad II, que en 1428 entró a formar parte de la Orden del Drago´n (Drac, en hu´ngaro) y adquirió el título de Dracul. De ahí que Vlad ?epe? fuera conocido como Vlad Draculea o, lo que es lo mismo, hijo de Dracul. En Rumanía, sin embargo, no existía la figura del drago´n y dracul era un vocablo que se refería al diablo, por lo que Vlad III paso´ a ser “el hijo del diablo” en idioma rumano.
Un héroe nacional
Hoy en día, Vlad el Empalador esun héroe nacional en Rumania, donde es recordado por defender a su pueblo de las invasiones extranjeras, principalmente de los turcos otomanos.